viernes, 1 de junio de 2012

apuntes urbanos en Lisboa, por Miguel Herranz





dibujos sobre la arquitectura de Le Corbusier, por Diego Jappert





cervecería Beerd, con aire industrial/pop en Bristol.








Coctelería Fígarao en Barcelona, por Pilar Líbano.


La interiorista Pilar Líbano ha creado en Fígaro una ambientación contemporánea y funcional con claros guiños al pasado. En este nuevo local barcelonés, la interiorista ha puesto en práctica un brillante juego de luz y reflejos que redefine el concepto de coctelería clásica. Superficies reflectantes, tonos azulados y piezas de anticuario definen un ambiente intimista que, sin embargo, sabe abrirse al exterior.
La coctelería Fígaro, ubicada en la calle Muntaner de Barcelona, responde a la idea de poder compartir, en un mismo local, la coctelería con la restauración de pequeño formato. Para ello la interiorista Pilar Líbano ha ideado un local cuya decoración resulta intimista y acogedora, tanto de día como de noche. El local, de pequeñas dimensiones, potencia su amplio ventanal. El diálogo entre el exterior y el interior amplía el espacio aunque, para ganar intimidad, una trama de ventanales en hierro y madera se han dispuesto en el interior.
El volumen del local se ve ampliado gracias al juego de espejos y estanterías con botellería que producen un juego visual de reflejos. Los brillos del mármol, los sobres de cristal de las mesas y el suelo de terrazo pulido son otros elementos reflectantes que también entran en este juego visual.
El mobiliario, diseñado expresamente para Fígaro, está pensado no solo desde un punto de vista funcional sino como objetos únicos que aportan personalidad, carácter y armonía al interior. Combina estanterías-botellero con estructura de perfil tubular de hierro pintado en color cobrizo y estantes en madera de panel fenólico. Las mesas, el banco corrido, los taburetes así como la barra son diseños de la interiorista.
La luz es otra gran protagonista del interiorismo. El contraste de la luz natural que entra por los ventanales con la de las lámparas de cristal, así como de la luz indirecta de la botellería, conforman un espacio transformable y versátil para el día y la noche. Dos lámparas sobre la barra, de anticuario, se combinan con cuatro lámparas modelo Copacabana, de Metalarte. Por la noche, los neones fucsias forman parte de su personalidad a la vez que potencian la ubicación de la coctelería. Todo un guiño a las antiguas coctelerías y diners americanos.








Apartment 50, en un edificio de Le Corbusier.

Un apartamento marsellés en el histórico edificio Unité d’habitation de Le Corbusier, un encargo lúdico-festivo, y unos productos capaces de integrarse en el ambiente sin alterar la armonía de los espacios. Este podría ser el resumen de Apartment 50, un proyecto de interiorismo efímero que se ha convertido en la última sensación de la temporada de adictos al diseño. La calidad y la calidez están aseguradas, es un proyecto de la factoría Bouroullec.
Dicen que la culpa de esta -llamémosla exposición okupa- es de Jasper Morrison, una de las tres patas sobre las que se sustenta la colección Vitra Home: ha llevado a una redefinición de la firma de mobiliario alemana al pensar la actualidad a través de diseñadores contemporáneos. Las otras dos son los hermanos Bouroullec –Ronan y Erwan- y Hella Jongerius. Quizá, esto explique la implicación de los franceses en un proyecto del británico precursor de la “Nueva simplicidad”, una tendencia que preconiza una interpretación humilde y, al mismo tiempo, más seria del diseño. Y es que los Bouroullec son muy serios en su trabajo y nada artificiosos en sus creaciones.

Claro que, ¿quién podría decir que no a redecorar un apartamento en un edificio de Le Corbusier, en cuyo interior se respira la maestría de Charlotte Perriand y Jean Prouvé? Puede que esta muestra sólo sea una excusa para estos tiempos de crisis, una exposición sacada de una chistera. O, quizá, uno de esos proyectos que surgen “porque sí” y suponen una bocanada de aire fresco, pero, lo que es indudable es que, sea como sea, ver una casa en la que conviven las piezas creadas por estos hermanos en la última década es un placer para la vista.







casa Moro




baño


Le Corbusier